Manuales ilustrados

Hace varias semanas Luis Martínez Girón, alumno interno del Departamento de Histología de la Facultad de Medicina de Granada, anunció al profesorado del Departamento que, en su tiempo libre, al margen de sus tareas inherentes a su condición de estudiante de medicina y de las propias de alumno vinculado al Departamento de Histología, había escrito e ilustrado un libro que tenía el deseo de editar. Resulta evidente que a todos nos causó una gran sorpresa. Que un alumno pueda escribir un libro científico tras haber cursado las asignaturas de histología y haber realizado una corta estancia en el laboratorio no es nada corriente. Desde luego en mi experiencia no conozco ningún caso.

Si se analiza el texto resulta evidente que el conocimiento vertido en el libro no puede ser otro que el que procede de la notas tomadas de las clases teóricas, de las consultas de textos procedentes de autores muy solventes, de su experiencia de aprendizaje en las clases prácticas y, finalmente, de su presencia y actividad en los laboratorios de histología del Departamento. El resultado de dicha combinación es muy notable sobre todo porque el libro de Luis Martínez Girón está acompañado de unas excelentes ilustraciones, realizadas por el propio autor, en las que une a sus extraordinarias cualidades artísticas su experiencia como alumno y, por tanto, el conocimiento de la dificultad que encierra el aprendizaje teórico y práctico de la ciencia histológica; una ciencia que es muy conceptual y abstracta por un lado, y muy precisa y concreta por otro, y a la que un buen dibujo y una buena ilustración, bien diseñado y ejecutado, ayuda mucho a comprender y, posteriormente, a recordar.

Pero lo que quiero destacar sobre todo es la voluntad de un alumno para emprender la tarea de escribir un libro científico con independencia del resultado, porque esa es, sin duda, la prueba de que existe un talante de superación de dificultades y de atrevimiento que es fundamental poseer en el ámbito de la medicina y que constituye, en muchos casos la esencia de su práctica; sobre todo, en algunas especialidades en las que tomar decisiones arriesgadas y casi imposibles constituyen una buena parte de su actividad. Si el ejemplo de la voluntad y talante del autor y el recuerdo de sus ilustraciones perdura en los lectores la obra, aunque solo sea por eso, habrá merecido la pena.